“1 Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.2 Nos fatigamos en nuestro cuerpo actual y anhelamos ponernos nuestro cuerpo celestial como si fuera ropa nueva. 3 Pues nos vestiremos con un cuerpo celestial; no seremos espíritus sin cuerpo. 4 Mientras vivimos en este cuerpo terrenal, gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que este cuerpo que muere sea consumido por la vida. 5 Dios mismo nos ha preparado para esto, y como garantía nos ha dado su Espíritu Santo. 6 Así que siempre vivimos en plena confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo no estamos en el hogar celestial con el Señor. 7 Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos. 8 Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor. 9 Así que, ya sea que estemos aquí en este cuerpo o ausentes de este cuerpo, nuestro objetivo es agradarlo a él. 10 Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.” 2 Corintios 5:1-10 Estos versículos nos hablan acerca de lo terrenal y lo celestial, nos habla de nuestros cuerpos terrenales y de los que recibiremos cuando seamos transformados cuando Jesucristo regrese y que es lo que nos dice que debemos de hacer mientras tengamos nuestros cuerpos terrenales? v7. Vivir por lo que creemos y no por lo que vemos y v9. Que Nuestro objetivo es agradarlo a Él. Lo contrario a estos versículos es fijarse en las cosas visibles, temporales, en lo que podemos analizar y aceptar en nuestras vidas (lo que más nos conviene)
Dios quiere que nos enfoquemos en lo que Dios quiere para nuestras vidas y le preguntemos cuál es su voluntad. Muchas veces estas decisiones basadas en la respuesta de Dios pueden ser ilógicas y sin sentido para muchas personas especialmente familiares o amigos. “ Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado. 13 Les decimos estas cosas sin emplear palabras que provienen de la sabiduría humana. En cambio, hablamos con palabras que el Espíritu nos da, usamos las palabras del Espíritu para explicar las verdades espirituales; 14 pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque sólo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir. 15 Los que son espirituales pueden evaluar todas las cosas, pero ellos mismos no pueden ser evaluados por otros. 16 Pues, «¿Quién puede conocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para enseñarle a él?”. 2 Corintios 5:1-10 Pero nosotros entendemos estas cosas porque tenemos la mente de Cristo. Pero… ¿Estamos dispuestos a tomar estas decisiones aun a pesar de ser criticados o que nos echen a un lado? Vida temporal vs vida eterna Si nuestro ojos están puestos en lo terrenal o temporal estamos tomando decisiones basadas en aquello que nos beneficia, no importando a quien debamos sobrepasar, tenemos objetivos y metas pero están estas basadas en lo que glorifica a Dios? O tal vez tomamos decisiones basadas en lo que nos hace sentir bien, pero será que esto está basado en lo que Dios quiere para nosotros. Ejemplo: Tomamos la decisión de casarnos con quien nos hacer sentir bien ignorando muchas veces las advertencias del Espíritu Santo. Por eso muchas veces los cristianos nos encontramos en situaciones en donde no hay ninguna salida, donde se nos han cerrado todas las puertas y es allí donde Dios quiere tal vez decirnos: ¿quieres seguir haciendo tu voluntad y desestimar mi perfecta voluntad para tu vida? “Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.” 2 Corintios 4:18 Ahora; Lo espiritual, lo que permanece, lo eterno es nuestra meta. Queremos tesoros en los cielos y ver también promesas en la tierra, entonces debemos vivir para agradar a Dios. “No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban. 20 Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. 21 Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.” Mateo 6:19-21 Egoismo Nuestra meta es que Dios haga morada en nosotros, el ser UNO en él y el en nosotros. El anhela establecer su tabernáculo en ti, su morada, pero no puede hacerlo si tu corazón se inclina más a escuchar el mundo, tus deseos del corazón, o la voz del enemigo más que su propia voz. Aun más si tus deseos son egoístas que buscan solo beneficiarte a ti mismo. Seguimos aferrados a lo que creemos nos va a satisfacer. Y por estar mirando hacia la tierra (lo terrenal) estamos perdiendo las bendiciones que vienen del cielo. “Si ustedes son sabios y entienden los caminos de Dios, demuéstrenlo viviendo una vida honesta y haciendo buenas acciones con la humildad que proviene de la sabiduría; 14 pero si tienen envidias amargas y ambiciones egoístas en el corazón, no encubran la verdad con jactancias y mentiras. 15 Pues la envidia y el egoísmo no forman parte de la sabiduría que proviene de Dios. Dichas cosas son terrenales, puramente humanas y demoníacas. 16 Pues, donde hay envidias y ambiciones egoístas, también habrá desorden y toda clase de maldad. 17 Sin embargo, la sabiduría que proviene del cielo es, ante todo, pura y también ama la paz; siempre es amable y dispuesta a ceder ante los demás. Está llena de compasión y de buenas acciones. No muestra favoritismo y siempre es sincera. 18 Y los que procuran la paz sembrarán semillas de paz y recogerán una cosecha de justicia.” Santiago 3:13-18 Pedimos y no recibimos porque no sabemos como pedir “Entonces la gentuza extranjera que viajaba con los israelitas comenzó a tener fuertes antojos por las cosas buenas de Egipto. Y el pueblo de Israel también comenzó a quejarse: «¡Oh, si tuviéramos un poco de carne! —exclamaban—. 5 Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto y teníamos todos los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que queríamos. 6 ¡Pero ahora lo único que vemos es este maná! Hasta hemos perdido el apetito»” Números 11:4-6 Los israelitas despreciaron el mana del cielo para fijarse en los deseos avariciosos de su corazón, y Dios los escucho y les dio aquello que anhelaban hasta saciarse, y cuando se saciaron recogieron lo que quedaba y estuvieron trabajando todo el día y toda la noche para recogerlo. Su avaricia nunca se satisfizo sino que querían más, es un vacío que intentamos llenar con aquellas cosas terrenales que creemos que nos satisfacen pero que simplemente son terrenales, perecen y nunca nos van a satisfacer y nos van a envolver en fijarnos en ello y no en lo que realmente es permanente, lo celestial, lo espiritual. Luego de esto vino la ira de Dios sobre ellos y hubo una gran mortandad en el pueblo. Un Corazón Manso Aprender a escuchar la voz de Dios es un proceso de crecimiento en la vida del creyente. El depender de otros para escuchar la voz de Dios nos aleja de una madurez espiritual. Pablo exhorto a la iglesia a que ya no fueran más niños sino que comenzaran a masticar comida espiritual sólida. A veces dependemos de que otros oren por nosotros o que nos digan la voluntad de Dios para nosotros, debemos de alcanzar madurez y de buscar en Su Palabra Su voluntad. Dios no se contradice, usted siempre encontrara respuestas en la palabra de Dios. Léala, escudríñela, estúdiela, memorícela, esta es lumbrera a tu camino. De la misma forma que un caballo manso es llevado. Si tu corazón es manso para con Dios, tú tienes una buena predisposición para ser guiado por el Espíritu Santo. Estas dispuesto a obedecer su voz por encima de cualquier voz de hombre, esto basado en el temor de Dios “El temor de Dios es la base de toda sabiduría” Lo que más te debe de importar a ti es complacer a Dios, Hacer Su Voluntad" Proverbios 9:10 Pastora Claudia Londono
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Marzo 2020
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